Durante años la ciencia ha reconocido que tenemos dos filamentos
físicos activos de ADN. Tenemos también otros diez filamentos energéticos de
ADN que han estado latentes en el Ser Humano durante muchos siglos. Estos
filamentos latentes de ADN han sido descubiertos por los científicos, que al no
saber la función de estos filamentos, los han identificado como ADN ‘basura’.

El
ácido desoxirribonucleico (ADN) es un ácido nucleico que contiene todas las
instrucciones genéticas utilizadas en el desarrollo y funcionamiento de todos
los seres vivos conocidos. La función principal del ADN es el almacenamiento de
información a largo plazo. El ADN es comparado a menudo con un juego de
anteproyectos ya que contiene las instrucciones necesarias para construir otros
componentes de células.
Los
segmentos de ADN que llevan información genética se llaman genes, pero otras
secuencias de ADN tienen fines estructurales o están involucradas en la
regulación del uso de la información genética.
Nuestro
ADN es, por tanto, nuestro anteproyecto personal, y como tal contiene toda
nuestra información mental, física, emocional y Espiritual.
El
Ser Humano original tenía 12 filamentos de ADN funcionando activamente y
manteniendo la función total del Humano como un Ser Espiritual. Con nuestra
preocupación excesiva por el pensamiento con el lado izquierdo del cerebro, y
el cierre de nuestros centros del corazón, estos filamentos “extra” de ADN se
han perdido. Las consecuencias de esta pérdida son que vivimos en una sociedad
espiritualmente deficiente y nuestras habilidades intuitivas y de sanación se
han reducido enormemente. Esto también ha causado que sólo tengamos acceso y
utilicemos una parte muy pequeña de nuestro cerebro.

En
el momento de la concepción, recibimos de nuestros dos diferentes linajes
sanguíneos (nuestros padres) ciertas combinaciones y parejas de genes
recesivos. Estos genes contienen los códigos de luz que nos dan la mayor
oportunidad para acceder y desarrollar nuestras habilidades Espirituales y para
sanar los aspectos heridos y dañados de nuestra Alma.
Al
mismo tiempo, estos genes contienen recuerdos que han creado bloqueos en
nuestro camino hacia la unidad y dieron inicio a nuestros sentimientos de
separación profundamente arraigados, separación de nuestra verdadera esencia y
nuestro Creador. Esta memoria de separación nos ha obligado a crear
experiencias y situaciones en las que se nos da la oportunidad de sanarnos a
nosotros mismos, nuestro mundo y nuestras separaciones.
Como
Almas, elegimos cuidadosamente a nuestros padres y su linaje a fin de facilitar
experiencias y situaciones que nos permitirán sanarnos a nosotros mismos. Por
lo tanto, hemos elegido a mano nuestras propias estructuras de ADN y las
posibles oportunidades para activar y despertar nuevos filamentos de ADN.

Uno
de los aspectos más emocionantes de nuestro proceso evolutivo es la
reorganización de nuestro ADN. Rayos codificados con luz cósmica de nuestro
Creador han venido a nuestra Tierra para estimular el cambio y reordenamiento
de nuestros cuerpos Humanos. A medida que los rayos codificados de luz son
absorbidos en nuestro ser, nuestro ADN disperso es activado y reformado en
nuevas hélices o filamentos de ADN y son reordenados en paquetes.
A
medida que este empaquetamiento y reordenamiento progresa creamos un sistema
nervioso más evolucionado que facilita que la nueva información y datos entren
en nuestra conciencia. Muchas de nuestras células cerebrales latentes están
siendo despertadas y estamos siendo capaces de acceder al pleno potencial de
nuestro cuerpo. A medida que nuestros cuerpos se llenan con más luz también
nuestras memorias se abren, y a medida que nuestro ADN evoluciona, nosotros
evolucionamos en Seres Multidimensionales conscientes.
Nuestros
12 filamentos de ADN se activan y conectan con nuestros 12 Chakras, portales de
energía a través de los cuales accedemos a nuestro patrimonio Espiritual. Los
12 filamentos de ADN sirven como vínculos a través de los 12 chakras con la red
de energía fuera de nuestros cuerpos. Los 12 chakras actúan como portales
energéticos hacia nuestros cuerpos, conectándonos con las fuerzas vitales de
existencia. Es a través de la apertura y activación de estos portales de
energía que podemos empezar a conocernos verdaderamente a nosotros mismos.
Puesto
que ahora se están formando todos los 12 filamentos de ADN, cualquier asunto
con el que no hayamos tratado y despejado en forma pacífica en nuestra historia
personal, creará caos. Están surgiendo sentimientos y recuerdos que nos ofrecen
la oportunidad de experimentar el tejido de nuestro ser y revelando quiénes
somos a través de los eventos y creencias que están intrincadamente tejidos en
nosotros.

Nuestros
12 chakras son colecciones de energía donde pueden surgir eventos. Contienen la
memoria y la identidad y cada uno corresponde a un filamento de ADN. Estos 12
centros de energía deben ser accedidos desde el interior, donde podemos sentir
los datos correspondientes y traducir nuestras experiencias dentro del contexto
de nuestras mentes.
Al
abrir nuestros corazones y mentes, todas las respuestas a los grandes misterios
se encontrarán dentro. Tenemos que salirnos de nuestros actuales sistemas de
creencias y crear nuevos sistemas de creencias pues la mente está estructurada
para evolucionar y formar nuestras experiencias basadas en lo que nosotros
ordenamos. Nuestra mente no es nuestro amo, nosotros somos los amos de nuestras
propias mentes. La mente no es más que una herramienta utilizada para crear la
realidad y nada más.
Al
trabajar conscientemente con las olas de energía y luz entrando en nuestra
Tierra, podemos darnos cuenta y comprender que la transformación de este
planeta se basa en la sanación y el poder de nuestras mentes.
Al
activar los 12 filamentos completos del ADN se creará una conexión entre
nuestro código genético humano y nos dará acceso a todo conocimiento y
sabiduría. Esta es la conciencia y comprensión de quienes verdaderamente somos.
Al
activar todos los 12 filamentos del ADN creamos una alineación dentro de
nosotros mismos que nos permite cambiar suavemente hacia niveles de vibración y
frecuencia de luz mucho más altos, ayudando a nuestro proceso de ascensión al
despertar más nuestra conciencia humana.
Los 12 Filamentos del ADN: Nuestro Patrimonio Espiritual por Kate
A. Spreckley